por Carlos Meneses Sánchez
Ha nacido un nuevo Lionel Messi en esta Copa América.
El capitán argentino no ha deslumbrado tanto por su fútbol, sus goles o sus regates, pero ha alzado su voz más que nunca.
Se marcha de su quinta Copa América habiendo marcado un solo gol, de penal en el segundo partido de la fase de grupos ante Paraguay; con una expulsión, la segunda jugando con la Albiceleste, y sin el título, que le es esquivo a Argentina desde el que ganó en 1993.
La medalla de bronce tras ganar el sábado a Chile por 2-1 sabe a poco y las oportunidades de ganar el oro en este torneo se van reduciendo para el cinco veces Balón de Oro.
Ha perdido las finales de Copa América de 2007, 2015 y 2016, y la del Mundial de Brasil 2014.
Pero hay una diferencia entre esta Copa América 2019, en la que cayó con Argentina en las semifinales ante Brasil, y los otros torneos: Messi ha ejercido de líder dentro y fuera del vestuario.
El delantero se prodiga poco delante de los medios de comunicación. En Barcelona sus comparecencias en ruedas de prensa son mínimas. De hecho, entre la última, que fue en la previa de la final de Copa del Rey de este año, y la anterior, pasaron cuatro años.
Siempre ha huido de las polémicas pero a sus 32 años ha empezado a decir basta y en esta Copa América ha sorprendido con críticas a la Conmebol, el desempeño de los árbitros y el supuesto desmedido peso que tiene Brasil en la entidad.
La metamorfosis del rosarino comenzó a notarse en el primer partido, que perdieron ante Colombia por 2-0 en Salvador.
Messi estuvo cerca de 40 minutos con la prensa para dar sus explicaciones de ese nuevo fiasco.
Ante Paraguay salvó a los suyos del desastre con un gol de penal que les permitió seguir vivos en la competición.
“Estamos en una situación complicada. Pero hay que levantar la cabeza rápido y pensar en nosotros”, dijo.
A partir de ahí, el juego del conjunto de Lionel Scaloni mejoró sustancialmente y con él, Messi empezó a criticar a la organización de la Copa América. Se quedó del estado de las canchas.
“Todas las canchas donde jugamos son muy malas. Es muy difícil jugar así”, manifestó tras ganar por 2-0 a Catar en el Arena do Gremio de Porto Alegre y sellar el pase a los cuartos de final.
Tras la victoria por 2-0 ante Venezuela dejó un mensaje de optimismo a sus compañeros de cara a las semifinales contra Brasil.
“Es una vergüenza que estemos disputando una Copa América con esta cancha. No te permite jugar bien”, comentó.
Tras la derrota por 2-0 ante Brasil en el estadio Mineirao, Messi explotó contra los árbitros y la Conmebol.
“Se cansaron de cobrar boludeces en esta Copa, penales pelotudos y hoy ni siquiera fueron al VAR en una jugada clarísima, pero bueno, es lo que hay. Brasil era local, hoy por hoy ellos manejan mucho en la Conmebol y se hace complicado”, dijo en zona mixta.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) pidió a la Conmebol explicaciones sobre los criterios empleados en ese partido para no consultar el VAR en dos jugadas que reclamaron como penal.
Con la expulsión a los 37 minutos del partido por el tercer puesto contra Chile tras un encontronazo con el central chileno Gary Medel, Messi decidió no recoger la medalla.
“No fui por todo un poco. Creo que nosotros no tenemos que hacer parte de esa corrupción. De falta de respeto que se nos hizo durante esta copa”, explicó.
“La Copa América está armada para Brasil”, amplió después en la zona mixta del Arena Corinthians de San Pablo.
La Conmebol respondió horas después con un duro comunicado en el que, sin citarlo, calificó sus declaraciones como “acusaciones infundadas” e “inaceptables”.
Así ha sido el final de la temporada 2018-2019 para un Messi que sigue sin ganar un título con la camiseta de Argentina. En el horizonte pinta la Copa América que organizarán el próximo año Argentina y Colombia.
EFE